Nos encontramos ante un caso nada extraño ni desconocido para gran parte de la sociedad, ¿a qué nos referimos? a aquellos supuestos en los que un cónyuge (mujer) denuncia al otro (hombre) por un presunto delito de malos tratos en el ámbito familiar, quedando en entredicho la consistencia de las pruebas contra él, y por tanto decayendo los indicios racionales de criminalidad. En este caso, la denuncia estaba plagada de ambigüedades, y el parte de lesiones era, en resumen, nada indicativo de daños personales sufridos.

Evidentemente, la actividad probatoria de descargo es fundamental en estas situaciones, por cuanto no vale alegar el simple desequilibrio o contradicciones de las versiones entre denunciante y denunciado. Por ello, el esfuerzo que debe hacer cualquier acusado en este delito, es titánico, y para ello es preciso contar con asesoramiento especializado.

Las mujeres víctimas de violencia tienen a su disposición una herramienta legal muy poderosa para defender sus derechos e intereses, si bien es cierto que (como en el caso que nos ocupa en este artículo), cuando el cónyuge acusado (hombre) es inocente, la situación se torna desproporcionada en su perjuicio (sobre todo si hay hijos en común), teniendo una clara desventaja de cara al procedimiento judicial.

Nos alegramos de que nuestro cliente haya salido ileso de esta situación, sin menoscabo laboral alguno.

Solicitup Abogados